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21 May 2020 03:03:26 UTC
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LOS HÁBITOS DE UN CEREBRO FELIZ
Reentrena tu cerebro para aumentar los niveles<br />de serotonina, dopamina, oxitocina y endorfinas.<br /><br />Tu mamífero interior<br />Un cerebro centrado en la supervivencia<br />Tenemos un cerebro heredado de personas que sobrevivieron en<br />otras épocas. Esto puede parecer obvio, pero si observas de cerca<br />los grandes retos de supervivencia del pasado, te parecerá un<br />milagro que todos tus antepasados directos mantengan vivos sus<br />genes. Has heredado un cerebro que está centrado en la<br />supervivencia. Quizás no creas que tú estás centrado en ella, pero<br />cuando te preocupas por el hecho de que llegas tarde a una cita, o<br />porque estás comiendo lo que no debes, tu cerebro de<br />supervivencia está trabajando. Cuando te preocupas por si te van a<br />invitar a una fiesta o por haberte levantado con un cabello fatal, tu<br />cerebro de supervivencia está viendo un riesgo de exclusión social,<br />algo que era una amenaza real para tus ancestros. Una vez que<br />estás a salvo de amenazas inmediatas como el hambre, el frío o los<br />depredadores, tu cerebro explora otras amenazas potenciales. ¡No<br />es nada fácil ser un superviviente!<br />Tú sabes, de manera consciente, que tener el cabello en malas<br />condiciones no es una amenaza de supervivencia, pero los cerebros<br />más sintonizados con las oportunidades sociales hicieron más<br />copias de sí mismos. La selección natural creó un cerebro que te<br />recompensa con una sensación agradable cuando ves una buena<br />oportunidad para tus genes y te alarma con una sensación<br />desagradable cuando pierdes una oportunidad. Para que un<br />pequeño revés social desencadene el propio sistema natural de<br />prevención, es necesario un propósito no consciente de propagar<br />los genes.<br />Esas respuestas están enraizadas con el deseo del cerebro de<br />sobrevivir, pero no están configuradas. No hemos nacido para<br />buscar unos determinados alimentos o para evitar ciertos<br />depredadores del modo en que lo hacen con frecuencia los<br />animales en la naturaleza. Hemos nacido para conectarnos con<br />nosotros mismos a partir de nuestra experiencia vital. A partir del<br />mismo momento del nacimiento es cuando empezamos a construir<br />esa conexión. Cualquier cosa que nos haga sentir bien crea unas<br />vías para la química de la felicidad, que no dicen: «Esto es bueno<br />para mí». Cualquier cosa que nos hace daño crea unas vías que<br />nos comunican «esto es malo para mí». Cuando tenías siete años,<br />ya contabas con los circuitos básicos; siete años parecen muy<br />pocos, pues alguien con esa edad sabe poco respecto a sus<br />necesidades de supervivencia a largo plazo, pero en la naturaleza,<br />siete años es mucho tiempo para que una criatura esté<br />prácticamente indefensa, por ello acabamos teniendo unos circuitos<br />neuroquímicos que no siempre encajan con nuestras necesidades<br />de supervivencia.<br /><br />En resumen, el cerebro cuenta con ciertas peculiaridades:<br />1. Cuida de la supervivencia de nuestros genes con tanta premura<br />como cuida de nuestro cuerpo.<br />2. Se conecta con él mismo a partir de experiencias primitivas,<br />pero, en cambio, es una guía imperfecta para la supervivencia en<br />la edad adulta.<br />Por ello, nuestros altibajos neuroquímicos son tan difíciles de<br />comprender.<br />¿Cómo producen felicidad las sustancias<br />químicas?<br /><br />El sentimiento que llamamos «felicidad» proviene de cuatro<br />sustancias químicas del cerebro: dopamina, endorfinas, oxitocina y<br />serotonina. Esta «química de la felicidad» se pone en marcha<br />cuando nuestro cerebro ve algo positivo para nuestra supervivencia,<br />y después se desactiva, de ese modo está preparada para<br />reactivarse cuando algo positivo se cruza en nuestro camino.<br />Cada sustancia química de la felicidad desencadena una<br />sensación diferente.<br /><br />• La dopamina produce la alegría de encontrarse con cosas que<br />encajan con nuestras necesidades: es el sentimiento de ¡eureka,<br />lo tengo!<br />• Las endorfinas producen el olvido que enmascara el dolor: a<br />veces se llama euforia.<br />• La oxitocina crea la sensación de sentirse seguro con los demás,<br />lo que ahora se denomina vinculación afectiva.<br />• La serotonina crea el sentimiento de sentirse respetado por los<br />demás: orgullo.<br />«Yo no defino así la felicidad», te dirás. Eso es porque las<br />sustancias neuroquímicas trabajan sin palabras. Pero puedes ver<br />fácilmente lo potentes que son esas motivaciones en los demás. La<br />ciencia aclara esos impulsos en los animales, y en ti mismo es<br />posible que tu voz interior te parezca un proceso mental completo<br />hasta que llegas a conocer la química de tu mamífero interior.<br /><br />LAS CUATRO SUSTANCIAS<br />QUÍMICAS DE LA FELICIDAD<br />Dopamina: la alegría de encontrar lo que buscas<br />Endorfinas: el olvido que enmascara el dolor<br />Oxitocina: la comodidad de los vínculos sociales<br />Serotonina: la seguridad de la relevancia social
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