SUBE conmigo, amor americano.<br /><br />Besa conmigo las piedras secretas.<br />La plata torrencial del Urubamba<br />hace volar el polen a su copa amarilla.<br /><br />Vuela el vacío de la enredadera,<br />la planta pétrea, la guirnalda dura<br />sobre el silencio del cajón serrano.<br />Ven, minúscula vida, entre las alas<br />de la tierra, mientras -cristal y frío, aire golpeado -<br />apartando esmeraldas combatidas,<br />oh agua salvaje, bajas de la nieve.<br /><br />Amor, amor, hasta la noche abrupta,<br />desde el sonoro pedernal andino,<br />hacia la aurora de rodillas rojas,<br />contempla el hijo ciego de la nieve.<br /><br />Oh, Wilkamayu de sonoros hilos,<br />cuando rompes tus truenos lineales<br />en blanca espuma, como herida nieve,<br />cuando tu vendaval acantilado<br />canta y castiga despertando al cielo,<br />qué idioma traes a la oreja apenas<br />desarraigada de tu espuma andina?<br /><br />Quién apresó el relámpago del frío<br />y lo dejó en la altura encadenado,<br />repartido en sus lágrimas glaciales,<br />sacudido en sus rápidas espadas,<br />golpeando sus estambres aguerridos,<br />conducido en su cama de guerrero,<br />sobresaltado en su final de roca?<br /><br />Qué dicen tus destellos acosados?<br />Tu secreto relámpago rebelde<br />antes viajó poblado de palabras?<br />Quién va rompiendo sílabas heladas,<br />idiomas negros, estandartes de oro,<br />bocas profundas, gritos sometidos,<br />en tus delgadas aguas arteriales?<br /><br />Quién va cortando párpados florales<br />que vienen a mirar desde la tierra?<br />Quién precipita los racimos muertos<br />que bajan en tus manos de cascada<br />a desgranar su noche desgranada<br />en el carbón de la geología?<br /><br />Quién despeña la rama de los vínculos?<br />Quién otra vez sepulta los adioses?<br /><br />Amor, amor, no toques la frontera,<br />ni adores la cabeza sumergida:<br />deja que el tiempo cumpla su estatura<br />en su salón de manantiales rotos,<br />y, entre el agua veloz y las murallas,<br />recoge el aire del desfiladero,<br />las paralelas láminas del viento,<br />el canal ciego de las cordilleras,<br />el áspero saludo del rocío,<br />y sube, flor a flor, por la espesura,<br />pisando la serpiente despeñada.<br /><br />En la escarpada zona, piedra y bosque,<br />polvo de estrellas verdes, selva clara,<br />Mantur estalla como un lago vivo<br />o como un nuevo piso del silencio.<br /><br />Ven a mi propio ser, al alba mía,<br />hasta las soledades coronadas.<br />El reino muerto vive todavía.<br /><br />Y en el Reloj la sombra sanguinaria<br />del cóndor cruza como una nave negra.<br /><br />- Pablo Neruda (Chile)